Total impotencia lejos de San Lázaro
Alineación (4-3-3): Cedrón, Saro, Ander, David Rey, Mon,
Julián, Taboada, Make (Juan Rey), D. Nogueira, Santi Gegunde (Tomás) y Rubén
(Mitogo).
El Compostela sigue sin vencer ni convencer lejos de su
estadio. Hoy de hecho quizás haya firmado uno de sus peores partidos a
domicilio de lo que va de campeonato. El equipo nunca se sintió cómodo y no le
salió nada de lo que intentó. Estuvo desorientado, sin ideas, como pez fuera
del agua. Fuera cual fuera la estrategia trazada para el partido, está claro
que no salió. Sólo a base de orgullo plantó cara la SD al final de cada parte
pero fue insuficiente para poder sumar.
Tras unos primeros minutos de equilibrio y asentamiento
en el campo, el Silva fue llevando cada vez más peligro sobre la meta de
Cedrón, que ya en el minuto 10 tuvo que intervenir para evitar el gol local. El
equipo coruñés atacaba cada vez más y llegaba con excesiva facilidad, especialmente
por su banda derecha, por la que lograba con frecuencia ganar la espalda a los
defensores. Además, provocaba muchos faltas y saques de esquina, que
aprovechaba rematando prácticamente todas esas jugadas a balón parado. Al final,
tanto fue el cántaro al a la fuente que se rompió, aunque más que por méritos
propios, por demérito de un Cedrón que con su mala salida dejaba la portería
vacía para que el atacante rival, de cabeza, pusiera el 1-0.
El Compos gracias al gol, por fin despertó y se fue
arriba. Sin orden ni concierto, sólo a base de arreones, de mucho corazón pero
poca cabeza. Llegó incluso a estrellar un balón en el larguero aunque también
es cierto que a la contra el Silva pudo dejar el partido casi sentenciado.
En la segunda parte, la SD en vez de continuar en esta
línea, volvió a dejarse ir. Y el Silva lo aprovechó para asestar el golpe
definitivo tras un remate de tijera a un saque de banda. Un gol de bella
factura que dejaba al Compos tocado de muerte. El balón apenas le duraba,
abusaba del balonazo y no era capaz de elaborar jugadas ni de generar
ocasiones. Los minutos pasaban sin atisbo de que algo pudiera cambiar y ni
siquiera los cambios consiguieron abrir algo más al partido. Sólo al final, cuando
el Compostela volvió a apretar a base de arreones. No le salía nada pero a base
de empeño y de rabia consiguió embotellar por momentos al Silva en su campo.
Pero cuando no te sale nada, es muy complicado
por muchas ganas que se le eche, sacar algo positivo, y más cuando
quedan pocos minutos y tienes un 2-0 en contra. Aún así, la SD consiguió al
menos el gol de la honra tras varios rechaces en un saque de esquina, por medio
de David Rey.
Pero las cosas siguieron sin salir, y el Compos se vuelve
de vacío del campo del Silva. El equipo sigue sin saber cómo afrontar sus
partidos fuera de casa. Cuando se encuentra con equipos físicos que aprietan en
campos pequeños, no sabe cómo superar la presión, nunca llega a controlar el
partido y le ganan el medio del campo. Si no se ha ganado fuera todavía no es desde
luego por casualidad. Algo falla y habrá que intentar corregirlo cuanto antes.
A ver si al menos San Lázaro sigue sirviendo como talismán para sacar en casa
los puntos que no logramos obtener fuera.