Año nuevo, el esperpento de siempre
Alineación (4-2-3-1): Pato, Josu, Sergio, Portela, Jimmy, Marcos, Fondevila (Mon), Jordan, Joaquín, Dani Hernández (Juan Rey) y Orbegozo (Chiño).
El año nuevo no ha supuesto vida nueva para el Compostela, que ha culminado con otra derrota su desastrosa primera vuelta. Lejos de mejorar, ha ido incluso a peor. Es difícil hacer un partido tan malo como el que realizó el conjunto blanquiazul este sábado. Sin una sóla idea de juego, sin ganas, sin el más mínimo criterio, desordenados, apagados, pasivos...un insulto para los aficionados.
El Arandina, sin hacer especial mérito, pudo incluso golear. Los visitantes comenzaron enchufados en ataque, y mientras el Compos trataba de tener algo de posesión, los burgaleses robaban y armaban con facilidad contraataques de peligro. En los primeros cinco minutos ya habían rematado tres veces a portería, perdonando el gol. El Compos solo fue capaz de responder en la estrategia, con dos balones al palo en un lanzamiento de falta y en un saque de esquina. El primer tiempo estuvo equilibrado en cuanto a juego, pues ninguno de los dos conjuntos propuso nada, pero por ocasiones el Arandina quizás merecía ir en ventaja al descanso.
En el segundo tiempo, los visitantes no perdonaron y en el minuto 52 se pusieron por delante materializando una de las múltiples llegadas de las que disfrutaron en el encuentro. La zaga blanquiazul había dejado sólo al delantero rival, Paul Franch, dentro del área, y éste no perdonó. La SD, lejos de reaccionar, siguió sumida en su letargo. Por fútbol estaba claro que no iba a sacar nada del partido puesto que no tenía ni idea a que estaba jugando y ningún movimiento de balón o de jugadores seguía un mínimo criterio, pero ni siquiera a base de arreones, de orgullo o de corazón intentó nada. Y si no tienes ideas, estilo de juego ni ganas, es imposible ganar. Los últimos 40 minutos fueron una larga, agónica y tediosa espera en la que no hubo ni el más mínimo amago de reacción, estando siempre más cerca que el 0-2 que el 1-1. Fue un partido de espanto que culminó con una sonora pitada de la grada.
El Compostela sigue con su racha negativa de juego y de resultados y la Tercera División es una realidad cada vez más palpable. Por desgracia no da la sensación de que 3 ó 4 fichajes puedan cambiar demasiado la situación. Probablemente falta algo más, un verdadero revulsivo que haga dar al equipo otra cara. Y es que, esto no es sólo un problema de resultados, porque éstos están siendo más que merecidos, es también un problema de que el equipo no transmite nada, y que no tiene un plan de reacción. Cada encuentro parece una nueva improvisación, como si no hubiera trabajo a lo largo de cada semana, y las cosas no se van haciendo mejor sino que incluso se hacen peor. No se ve ninguna progresión, y cada vez es más difícil creer en una posible remontada.